sábado, 9 de agosto de 2008

...conoce el verdadero camino.




…se sentó Jesús rodeado de sus discípulos frente al Altar del Senedrín, donde aquél día se acudía para hacer ofrendas a Dios…a Yahvé.

Observó atentamente como llegaban los grandes señores, con porte altivo, vestiduras elegante, opulentos y solemnes, al frente de todos sus sirvientes quienes portaban los bueyes, camellos, cabras, vacas, aves y todo tipo de ganado, así como también sacos de centeno, harina, maíz, simientes y toda clase de productos de la huerta, del mar, y del comercio, telas, joyas, oro, todo para ofrecérselo a Yahvé, como fiel prueba de bondad.

Al llegar junto Al Altar los grandes señores, uno tras otro levantaban enérgica e imperiosamente sus brazos al cielo clamando y pronunciando en elevada voz sus nombres y seguidamente enumeraban del mismo modo una por una cuanta cosa ofrecían a Yahvé en señal de su bondad y agradecimiento, todos sabían que Él, Yahvé, podía hacer que se multiplicaran sus haciendas, sus ganaderías, sus flotas de barcos y de carretas, por ello, le daban las gracias a grandes voces y así de este modo también era conocida por todos la gran generosidad de cada uno de aquellos grandes señores. Y entre estos, en muy breve espacio de tiempo, pasó una mujer casi oculta, envuelta en manto y velo, que tan solo dejó sobre el Altar, una pequeña monedita que todos vieron, sin alzar los brazos ni clamar nada y desapareció enseguida entre la multitud……..

…Jesús, al finalizar las ofrendas se levantó y dijo para ser oído por todos: en verdad os digo que esa mujer envuelta en su manto y su velo ha dado a mi Padre, más que nadie.

Los discípulos al oírle miraron alrededor de ellos asustados, pensando que Jesús había enloquecido, pues al igual que ellos todos cuantos oían a Jesús recordaban a la fugaz mujer y pensarían al igual que ellos: ¿como iba a haber dado más que ninguno de aquellos grandes señores? si ellos habían dado animales y sacos enteros de avena, trigo, cestas repletas de pescados, joyas, bolsas de dinero y oro, piezas enteras de telas, y ella, la mujer…, como todos habían visto, tan solo había dejado sobre El Altar una pequeña monedita con la que apenas si se podía comprar nada, los discípulos pensaron, Jesús, el Maestro, sin duda alguna delira o ha enloquecido .

Y Jesús, conociendo sus pensamientos les dijo: sabed, que todos han dado de lo que les sobra, todo cuanto tienen es porque mi Padre así lo ha permitido y a cambio; ellos le dan el trigo húmedo y pasado, animales enfermos y viejos, pescado que no está fresco o no se puede comer ni vender, oro y monedas producto de la usura y el atropello, ni tan siquiera le dan parte pequeña de lo mejor de cuanto mi Padre les permite tener….se lo guardan solo para ellos, sin embargo…esa mujer le ha dado a mi Padre, de lo que necesita para ella misma, pues no tenía nada más para comer que esa pequeña monedita, y se ha desprendido de ella con fe, en verdad os digo, que esa mujer y su ofrenda no han pasado desapercibida ante los ojos de mi Padre.

Hoy en día, Los Magnates del mundo; el G-7, el FMI, La industria Bélica, La OPEP, Las Tabacaleras, Los Dictadores y muchos Gobernantes, todos ellos hacen donaciones y también las anuncian a bombo y platillo para que todo el mundo las vea y sepa de su gran generosidad. Donaciones de cuanto les sobra, ni tan siquiera son de sus bolsillos, y también pretenden que sean ofrendas de buena voluntad. Donaciones que son producto de oprimir a sus semejantes como a esclavos, producto de la expropiación y el expolio, y como siempre, sobre todo a los más débiles y desamparados.

¿Estaremos viviendo en nuestros días lo mismo que en este relato que nos llega de hace 2.000 años? … ¿habrá en el mundo algún acto puro de corazón, y digno de la atención de Dios?
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La palabra PERSONA no hace distinción de sexo, color, ni raza.

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